El fragmento debe ser como una pequeña obra de arte, aislado de su alrededor y completo en sí mismo, como un erizo -- Friedrich Schlegel --

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lunes, 23 de julio de 2012

Macho y misógino

MACHO (y misógino). El macho adora la femineidad y desea dominar lo que adora. Exaltando la femineidad arquetípica de la mujer dominada (su maternidad, su fecundidad, su debilidad, su caráter hogareño, su sentimentalismo, etc.), exalta su propia virilidad. Por el contrario, al misógino le horroriza la femineidad, escapa de las mujeres demasiado mujeres. El ideal del macho: la familia. El ideal del misógino: soltero con muchas amantes; o: casado con una mujer amada sin hijos.

MISÓGINO. Cada uno de nosotros se ve confrontado desde sus primeros días con un padre y una madre, con una femineidad y una virilidad. En consecuencia, marcado por una relación armónica o inarmónica con cada uno de esos dos arquetipos. Los ginófobos (misóginos) existen no sólo entre los hombres sino también entre las mujeres y hay tantos ginófobos como andrófobos (los y las que viven en desarmonía con el arquetipo del hombre). Estas actitudes son posibilidades distintas y totalmente legítimas de la condición humana. El maniqueísmo feminista nunca se planteó la cuestión de la androfobia y convirtió la misoginia en simple insulto. De este modo se ha esquivado el contenido psicológico de esta noción, que sería el único interesante.

Milan Kundera: El arte de la novela. Barcelona: Tusquets, 1987, págs. 154 y 155-156.

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